domingo, 27 de octubre de 2013

Estamos de vuelta. 1º "Camiño do Polvo"

Después de un veranito de verdad, de los de antes, de sol y playa, pertinaz sequía, fiestas, saraos, churrasquito, etc los componentes de BiciCoruña han vuelto.

Faltos de rodaje, y con algunos kilitos de mas, hemos ido retomando nuestras salidas paulatinamente, primero aprovechado que el buen tiempo ha durado hasta casi mediados de Octubre, estirando la temporada de carretera y desde hace un par de semanas tirándonos al monte, cual cabras.

Si en carretera ha habido renovación del parque móvil, en la montaña la revolución promete ser total, con un buen número de bicis nuevas (mucho plan renove) y nuevas incorporaciones serias a la grupeta betetera.

Con todo, el primer hito de esta nueva temporada ha sido la Coruña-Lugo (San Froilán).
Con la disculpa (si es que nos hacia falta alguna) de ir a comer el famoso polvo a feira del San Froilán, organizamos la primera edición da "Camiño do polvo", que esperamos tenga continuidad en años venideros.
A primera hora de la mañana partimos de Coruña Antonio (que daría la vuelta en el km.45), Oscar, Oliver, Javier y Manuel, acompañados por Alberto (que dió la vuelta en O Seixal al comprobar que su rodilla no está todavía para la bici) e Ildefonso (que dió la vuelta en Betanzos cuando vió que la cosa se iba a complicar a partir de allí).
En la subida a Coirós, Oliver, Oscar y Javi se van por delante, mientras Antonio y yo subimos un poco mas despacio. Los alcanzamos antes de Ois y mientras ellos se quedan regando las margaritas Antonio y yo nos vamos ahora por delante subiendo pausadamente y conversando animadamente.
La subida a la Sal la iniciamos agrupados, pero a partir de la mitad cada uno va buscando su ritmo para agrupar de nuevo arriba.
Desde aquí ya iremos siempre agrupados, para así luchar mejor contra el viento que por momentos entra fuerte de cara.
Poco antes del límite  provincial Antonio, tal como nos había anticipado, se da vuelta para Coruña.
Intentamos convencerlo para que se viniese hasta Guitiriz, pero no hubo manera.
En Guitiriz parada técnica.
La mañana esta freca y un punto desapacible, así que un colacao con una mítica torta de maiz de Casa David (que Javi y Oscar fueron a buscar expresamente) nos hará mas llevadera la ruta.
Desde aquí hasta Lugo se suceden los falsos llanos, subidas cortas y bajadas mas cortas todavía, que con el viento hacen duro el trayecto.
Por fortuna el viento ya no sopla tanto como a primera hora, y el sol ya va asomando por detrás de las nubes.
Intentamos ir agrupados, pero Oscar va haciendo la goma, unas veces por detrás, quedandose en algun repechín, y otras por delante, subiendo a plato y exigiendonos en otros.
Por fin Lugo.
Javi, que dice conocer el territorio, nos lleva por unas callejuelas con el fin de evitar el tráfico de lae Avenida de A Coruña, denso a esas horas, y luego de unos giros a derecha, izquierda, derecha, bajada... acabamos en Avda. de A Coruña, cuyo tráfico, como he dicho, era denso a esas horas....
Enfrentados a la milenaria muralla romana nos mostramos satisfechos de haber llegado hasta aquí, y, crecidos en nuestro orgullo decidimos dar una vuelta de honor a la ciudad amurallada.
Terminada nuestra ronda vemos salir de un cruce a nuestro equipo de apoyo, y allá nos vamos a por ellas.
Una vez aparcados los coches, cogemos nuestras bolsas y nos dirigimos al hotel donde habremos de ducharnos y dejar las bicis mientras comemos y disfrutamos del San Froilán.... ¡menos mal que Javi sabía PERFECTAMENTE donde estaba el hotel! ya que así pudo darnos unas vueltas por el Lugo extra-muralla para que conocer la ciudad, y comprobar que no todo Lugo es llano, y que los romanos eran gente muy lista que construyeron su ciudad en lo alto, sería por las vistas del Miño!
Muchas calles dirección prohibida después, y cuando subir pendientes ya nos dejaba de hacer gracia, y además suponíamos que las mujeres igual esperaban que llegásemos pronto para comer, decidimos que ya no queríamos conocer mas Lugo, y preguntando a lugareños no llegamos a Roma, pero si al Hotel donde ya nos esperaban con cierta ansiedad, no tanta, eso si, como la de los del restaurante donde luego (mucho mas luego después) comimos, muy bien por cierto.
Tras una buena comida y una mejor tertulia cafetera, aprovechamos la tarde espléndida que Froilán tuvo a bien dedicarnos para dar un paseo por la Muralla, imperial y magnífica, y de adentrarnos en la ciudad y callejear un poco y ver el ambiente festivo que se respiraba, pusimos rumbo a nuestro Hércules, parando, eso sí, tal como mandan los cánones, en Casa David, para traernos unas tortas de maíz que, según tengo entendido, apenas duraron mas allá del desayuno del domingo.

Por cierto, el domingo sólo Javi y Manuel fueron quienes de salir a dar unas pedaladas, en este caso por los montes de Orro.
Así nos vá luego....

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